viernes, septiembre 10, 2004

"TOUS EN DORMANT"

JUAN BEAT

Soñaba con ser crítica de arte, de buen cuerpo, siempre vestida con ropa ajustada, se sentaba en el escritorio de su jefa y cruzaba las piernas. No era crítica de arte, solo una simple secretaria que contestaba el teléfono, ofrecía café y coca cola y la "usaban" para "entretener a los clientes de la oficina". Era una empresa que desarrollaba páginas de Internet, tenían bastante personal que vestía siempre de traje y faldas cortas. Uno que otro llevaba playeras estampadas con imágenes de viejas bandas de metal, pero la mayoría vestía de acuerdo al trabajo. Edna, la crítica de arte frustrada, vivía hacinada en un pequeño departamento del centro de la ciudad. En tres pequeños cuartos se dividían 8 personas; Edna y sus hermanos, además de su madre y su novio. La madre de unos 55 años había conocido al joven de 20 en un baño sauna. En eso trabajaba la madre, dando masajes en un sauna ubicado en la Colonia Roma. Por las noches, ese lugar se convertía en un after hours con un cover barato y cuartos de "relajación". Ya hace 2 años que Manuel había asistido al sauna y entre masaje, relajación y felaciones, quedaron "enamorados". Ella lo llevo a vivir a su pequeño departamento. Edna y sus hermanos no de muy buena gana lo aceptaron, pero con el tiempo se acostumbraron, incluso lo extrañaban cuando solía desaparecer debido a su trabajo en la destilería de alcohol pirata en la colonia Morelos. Habían llegado a quererlo tanto que cuando era arrestado en los operativos de la policía, Edna principalmente pagaba su fianza, y juntos todos, después iban al cine porque Edna no olvidaba "su verdadera vocación", el cine.

Edna no tenía novio, pasaba los fines de semana comiendo pizza y viendo las películas que rentaba en un pequeño video club llamado "Movie factory". Sin embargo, estaba enamorada de su jefa. Siempre por las mañanas le tenía una rosa, una coca cola de lata con un popote, y breves cartas deseándole buen día, buen fin de semana o cualquier cosa. Siempre que se acercaba a su jefa, se inclinaba un poco hacía adelante para que se notaran más sus grandes senos que sobresalían en esas escotadas blusas. Rigel, la Jefa de Edna, no se "daba tiempo" para noviazgos ni para fijarse en los enormes senos de su secretaria. Rigel solo se sentaba frente a la máquina y se perdía por horas. Casi siempre comía en la oficina, un sandwich de pollo y una coca cola fría de lata.

Una tarde, el trabajo había salido rápido y por fin Edna se atrevió a decirle a Rigel ----Comemos juntas, mis hermanos están fuera de casa, y mi madre ahora le ayuda a su novio en el trabajo por las noches-----. Rigel movió la cabeza aceptando, aunque lo que ella pensaba era en cómo pasar al siguiente nivel de un juego en línea llamado Ever Quest. Cuando "se dio cuenta" ya estaba dentro del auto conduciendo hacia el centro de la ciudad. Edna la llevo primero al video club "Movie Factory". El encargado, JB, era aficionado al porno, tenía una novia con cierto problema psiquiátrico y fan de "Yeah Yeah Yeahs". Por "extraña razón", no sonaba ese punk estruendoso en el video club, JB, por esos días, prefería canciones como "Fruit bubble love y Motor cycle go go go" de esas maravillosas japonesas, The 5.6.7.8´s, que había descubierto en un acoplado surfero extraviado por algún asiduo cliente "porno" del video club. Los estante estaban sucios y se dividían entre películas ochenteras mexicanas como: Tres lancheros bien picudos, El vampiro teporocho, Metiche y encajoso, El lambiscón verde, etc.; y el porno que siempre era lo que más se rentaba.

Rigel esperó en el auto, Edna entró al video club y tomó un par de películas, le gustaban las de woody allen, creía que eso era verdadero cine de autor. A JB le parecía basura, pero con gusto se las conseguía, ya que el pago era comúnmente follar mientras Aide, la novia de JB, lloraba en el baño, saliendo de sus audífonos a todo volumen un cd de Fever to hell de los Yeah... Edna tomó las películas y salió, el auto ya no estaba, buscó en los alrededores y no supo más de Rigel. Con un rostro totalmente triste, Edna caminó hacia la pizzería, compró una "vegetariana" y lentamente, con lágrimas en los ojos se fue a su casa.

JB llevaba semanas esperando a que Aide apareciera. Un domingo por la tarde, al salir del baño Aide y darse cuenta de que JB estaba tendido en el sillón, con los pantalones hasta los tobillos; silenciosamente se dirigió hacia la cocina, tomó un poco del dinero de los "ahorros" (que guardaban en un frasco de "sal") y se fue. JB no estaba preocupado, los médicos le habían dicho que Aide podía tener ese tipo de crisis maniaco-depresivas, pero que con el medicamento estaría bien. Esos Psiquiatras no saben ni putas, le gritaba Aide a JB después de cada visita; JB solo reía y al subir al viejo auto subía el volumen y se olvidaba de ella. Siempre iba muy asustada, JB era realmente loco para manejar, además de que en su intento por ir rápido, no cesaba con el espantoso sonido del claxon, Aide terminaba llorando y JB, enloquecido dentro de la vieja caribe. Cerca de las nueve de la noche, tocaron la puerta, JB pensó que era Aide, y muy preocupado fue a abrir. Edna con una gran sonrisa le dijo ------Buenas noches, vengo a "pagarte"-----. JB miró afuera, tenía un leve esperanza de que detrás de esa sonrisa apareciera Aide. -------Bien, pasa, espera en la sala, iré por música-----. Edna, aún triste por esa súbita ida de Rigel pasó y se sentó en el pegajoso sillón. JB fue al pequeño cuarto que desde hace un año había compartido con Aide y se recostó un poco, había bebido demasiado y rápidamente se quedó dormido. Edna, se acurrucó en el sillón, lloraba bastante y lo único que ella quería era compañía. Pasó una hora, y el cansancio "emocional" la hizo quedarse dormida.

Rigel iba a 125 en su auto, fumaba; y todo lo que se escuchaba dentro del auto era la voz melancólica de George Michael. Bebía una cerveza caliente, y fijamente, con esa ansiedad que le acompañaba seguido, su mirada solo iba en el asfalto. No estaba triste, ni molesta, solo, había sentido la necesidad de escapar de esa mujer "artificiosa". Llegó a casa pasadas las 10 pm, subió a su cuarto, golpeó el aparato de sonido, logrando sacar un cd de Bjork, lo puso en su discman y se tiró en la cama...

Aide abrió la puerta, de nuevo había alguien en el sillón, en el cuarto JB estaba totalmente perdido, cerró bien las ventanas (fuertemente como si quisiera sellarlas); tomó el dinero que restaba de los ahorros, y solo se le ocurrió abrir las llaves del gas. Sonrió complacida, susurró en su "mal francés" ---- "tous en dormant"... y de nuevo se fue.

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